La nueva PAC “supone gastar más combustible para repartir los restos de poda”.
La nueva reforma de la Política Agraria Común, conlleva obligar al agricultor a gastar más combustible de las maquinarias para repartir los restos de poda.
Esto se desprende del nuevo eco régimen de la nueva PAC para las cubiertas inertes, es decir, en el uso de los restos de poda triturados sobre el suelo en los cultivos leñosos.
Y es que la nueva norma señala que se deben depositar sobre el suelo una cantidad de restos de poda que ocupe una superficie mínima, en cada calle del 40% de la anchura libre de la proyección de copa, y que sea suficiente para permitir alcanzar los teóricos beneficios medioambientales de la práctica, no pudiendo ser esa anchura inferior a 0,5 metros.
Llevar a la práctica que los restos de la poda ocupen el 40% de la anchura libre de la proyección de copa “no es algo que pueda ajustarse en cada parcela”, teniendo en cuenta, además, que las picadoras-trituradoras de restos de poda tienen una anchura de trabajo definidas por los fabricantes que no se adapta a esa proporción que se exige y “no se puede decidir libremente la anchura con la que quedan esparcidos los restos en el suelo”.
Por tanto, para adaptarse a este eco régimen, el agricultor tendría que usar más maquinarias para esparcir aún más los restos de poda y, de este modo, más combustible chocando así con los beneficios medioambientales que persigue la norma a pesar de que la práctica “ya alcanza los beneficios de reducción de gases de efecto invernadero y aumento del carbono orgánico del suelo”.